El latín carecía de artículo
determinado, pero las lenguas romances sí que lo tienen y procede de un
demostrativo debilitado. El adjetivo ille
o, mejor dicho, la forma illu produjo
en romance el artículo determinado. El sardo, el catalán en parte (article
salat) y el gascón tomaron este artículo de ipse (ipsu). En catalán
coexisten las formas el (de illu) y es (de ipsu). En todos los idiomas románicos, excepto en rumano, el
artículo determinado se coloca delante del nombre (el tío). A partir de illu,
el rumano desenvolvió un artículo pospuesto: unchi, “tío”; unchiul, “el tío”.
Met ipsimo nos da mateix, même y no igual....!
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